El volcán Kilauea en la isla de Hawái protagonizó una nueva erupción que activó las alarmas del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). El fenómeno natural comenzó en la madrugada del 2 de septiembre y arrojó fuentes de lava de hasta 150 metros de altura, en un espectáculo de luz y color que generó sorpresa entre las autoridades.

La erupción se registró dentro del cráter Halemaʻumaʻu, en los límites del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, y no representa un riesgo inmediato para las comunidades cercanas según la USGS.
La actividad volcánica inició poco después de la medianoche en la zona norte del cráter. Con el transcurso de las horas, los chorros de lava se volvieron continuos hasta alcanzar una altura máxima de 150 metros. Afortunadamente, la erupción se mantuvo controlada y no desbordó la caldera. Se trata de uno de los volcanes más activos del mundo.
Sin embargo, las autoridades reforzaron la vigilancia por la emisión de dióxido de azufre y la formación de niebla volcánica, que afectan a las vías respiratorias. El Departamento de Salud local recomendó especial cuidado a la población vulnerable.
Según las autoridades, no representa un riesgo inmediato para las personas. Foto: U.S. Geological Survey via AP.
No es la primera vez que Kilauea erupciona
El evento se inscribe como el 32.º desde que el volcán comenzó un nuevo ciclo en diciembre de 2024 y puso a prueba a las agencias que monitorean la actividad volcánica. El Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, en coordinación con expertos del USGS, restringió el acceso a miradores y zonas de riesgo para resguardar a los visitantes. La National Weather Service (NWS) advirtió que los vientos podrían arrastrar gases volcánicos al suroeste y afectar la calidad del aire.
Riesgos a la exposición del volcán
Los expertos remarcan los peligros de la actividad de Kilauea. Entre las amenazas figuran los llamados “cabellos de Pele”, que son filamentos finos y cortantes que se forman a partir de la fragmentación de la lava, así como también la posibilidad de caídas de rocas o áreas inestables en el borde del cráter.
Poco después de las 20:00 del 2 de septiembre, la erupción se detuvo de forma abrupta. Si bien las fuentes de lava cesaron, la vigilancia se mantiene sobre la emisión de vapor y la posible presencia de material incandescente mientras la lava se enfría. Un experto del Observatorio de Volcanes de Hawái, Ken Hon, explicó al diario The Guardian las dificultades de prever la actividad volcánica. «Nuestro trabajo es como el de hormigas sobre un elefante tratando de averiguar cómo funciona”, señaló.
A pesar de que la situación está bajo el control de las autoridades, el sistema de protección civil de Hawái y los gestores del parque nacional informaron a turistas y residentes para reducir riesgos. Las recomendaciones oficiales insisten en prestar atención a las fuentes institucionales, evitar el acercamiento a zonas clausuradas y notificar cualquier síntoma relacionado con la calidad del aire.