Es un episodio inédito en la historia de Estados Unidos originado por el ataque al Capitolio por parte de sus seguidores. El Senado ya aprobó su constitucionalidad.
El segundo juicio político contra el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, comenzó este martes en el Senado en lo que constituye un hecho sin precedentes en la historia del país. El primer paso importante era votar la constitucionalidad de un proceso que, de momento, tiene pocas posibilidades de prosperar.
En este marco, y contra lo solicitado por la defensa, el Senado de Estados Unidos aprobó este martes, como se esperaba, la constitucionalidad del juicio, un paso que, aunque formal, permitirá abrir el proceso y el período de argumentos y elementos a considerar por parte de los representantes demócratas que tienen el rol de fiscales y los abogados del magnate.
El proceso, donde los 100 senadores actúan como jurado, inició con una estructura acordada con la oposición republicana y los abogados de Donald Trump para «garantizar un juicio político justo y honesto del expresidente en el Senado», había explicado el titular de la mayoría demócrata y el hombre que encabeza la sesión, Chuck Schumer.
El líder de la bancada republicana Mitch McConnell se mostró «complacido» por haber logrado un acuerdo con su par demócrata para un «proceso justo y un cronograma estimado para el próximo juicio en el Senado», que «les dará a los senadores como jurados tiempo suficiente para recibir el caso y los argumentos».
Este miércoles, en tanto, tocará la primera presentación de los argumentos de fondo a la acusación de «incitar a la insurrección».
Los managers demócratas y los abogados de Donald Trump empezarán a presentar sus argumentos y cada uno tiene un máximo de dos días con exposiciones que no pueden superar las ocho horas cada jornada.
Luego de ambas presentaciones, los senadores tendrán un total de cuatro horas para interrogar a ambas partes y, posteriormente, habrá dos horas para discutir sobre si se deben considerar mociones para citar testigos y presentar pruebas que, de ser permitido, podría alargar el debate.
En el cierre, cada parte tendrá hasta cuatro horas para hacer sus alegatos finales antes de la votación sobre la acusación.
El cronograma no supone una cantidad de días determinados ya que dependerá de la decisión de las autoridades del Senado de cuándo convocar a sesión.
Sin embargo, se cree que el flamante oficialismo demócrata intentará resolverlo lo antes posible para continuar con la discusión y votación de los primeros proyectos de ley que envió al Congreso el presidente Joe Biden.
Con una bancada demócrata cohesionada detrás del objetivo de condenar a Trump, el oficialismo necesita convencer a 17 senadores republicanos de votar en contra de su compañero de partido para que el exmandatario no sea absuelto por segunda vez en dos años.
Por ahora, los pronósticos más generosos hablan de tres o cuatro republicanos que podrían romper con la línea mayoritaria de su bancada.