Este jueves por la tarde, Mirtha Legrand fue internada de urgencia en el Sanatorio Mater Dei. Según pudo saber Teleshow, todo comenzó hace 10 días cuando le realizaron un chequeo de rutina y su médico advirtió que algunos valores del electrocardiograma no estaban bien. En ese momento, le propuso volver a repetir los estudios en unos días para contrastarlos. Ayer por la noche Mirtha se reencontró con su hija, Marcela Tinayre, quien volvió de su viaje a Francia. Cenaron juntas y la diva se fue a descansar, pero no pasó una buena noche, por lo que a la mañana decidió llamar a su médico.
Tras realizarle algunas pruebas en su domicilio, los médicos decidieron internarla en la clínica para realizarle estudios cardiológicos más exhaustivos y seguir su cuadro de salud más de cerca. Una coronariografía -un procedimiento que permite evaluar el estado de las arterias coronarias- que determinó los pasos a seguir.
Minutos después de las 18 horas, se difundió el primer parte médico de la conductora. “La señora Mirtha Legrand ingresó al Sanatorio a las 15 horas a realizarse estudios en el servicio de cardiología”, afirma la primera parte del comunicado oficial por parte del centro médico Mater De.
“A las 17 horas se le realizó una cinecoronariografía encontrándose una obstrucción coronaria, que se resolvió con la colocación de dos stents. Se encuentra recuperándose en una habitación de unidad coronaria para su mejor control. Está en excelente estado de ánimo acompañada por su familia”, precisa el informe firmado por el doctor Roberto Dupuy de Lôme, director del Sanatorio Mater Dei.
En tanto, el próximo parte médico se dará a conocer este viernes a las 11 de la mañana.
Este no es el primer episodio que afecta su salud: en mayo de 2019, Mirtha había sido operada de urgencia debido a una brida abdominal. En esa oportunidad, la diva estuvo unos días internada y pronto volvió a sus clásicos almuerzos.
En agosto Chiquita tuvo su última aparición televisiva cuando le dieron permiso para volver a la conducción, al menos por una noche. “Yo soy grande, señores, soy una señora muy mayor, pero soy vital, me gusta la vida, me gustan mis amigos, disfrutar de la vida. Y estaba tan mal que llamé a un neurólogo. Y le digo: doctor, quiero volver a ser la de antes. ¿Saben qué me dijo? ‘Trabaje, trabaje, trabaje…’. Es la mejor terapia”, agregó la diva, que lució un vestido en tonalidad rosa pastel, uno de los tres vestuarios que había preparado el diseñador Claudio Cosano.
“Qué rara me siento, pero feliz, feliz y contenta. ¿Saben cuántos días estuve encerrada? 300 días, sí señor, sin salir de mi casa, ni al balcón. Eso te altera, no te hace bien, no hace bien al cerebro”, dijo en su discurso cuando abrió su programa.
La excusa para su vuelta había sido reemplazar a su nieta que había viajado a Paris a acompañar a su hija, Ambar, que se instalaría en la capital francesa para estudiar, y debía cumplir con el aislamiento que indica el protocolo tras viajar al exterior. Vía webcam, su nieta que durante los meses de pandemia le cuidó el puesto la saludaba en esa noche tan especial.