En sintonía con la posición de la Argentina, los industriales y centrales de trabajadores de Brasil se metieron en la disputa que divide al Mercosur.
27/06/2021 – 09:15
Ante la falta de acuerdo al interior del Mercosur en torno al arancel externo común, el gobierno de Jair Bolsonaro amenazó con avanzar de manera unilateral con su propuesta de reducirlo un 20%. La iniciativa cuenta con el aval del también derechista presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou y con el rechazo del gobierno de Alberto Fernández.
Ante la avanzada bolsonarista el sector productivo brasileño y las centrales de trabajadores de ese país alertaron sobre la graves consecuencias que esa medida tendría en la economía local. En ese sentido el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) de Brasil, Luiz Carlos Moraes, advirtió este viernes que la medida no sólo podría «implosionar» el Mercosur, sino que también representa un riesgo para la continuidad de las inversiones y el empleo en las fábricas del sector en el bloque.
Según advirtió Moraes, la simple reducción de los tipos impositivos, sin una contrapartida que aumente la venta de productos brasileños en el extranjero, sólo servirá para aumentar las importaciones. Y, en el caso de la industria automovilística, las empresas se volcarán a importar de otros países vehículos que podrían fabricarse en Brasil.
La propuesta de Bolsonaro que es rechazada de plano por la Argentina es reducir un 20% de todos los aranceles a la importación de productos fuera del bloque. Y propone hacerlo en dos etapas: un 10% ahora y otro 10% en diciembre. «Entendemos que negociar (los acuerdos) por separado, por país, significaría la implosión del Mercosur», dice Moraes.
Los tipos del arancel externo común varían entre el 14% y el 35% en los productos industrializados. En el caso de los vehículos, el porcentaje más alto es del 35%. Esto significa que, según la propuesta de Bolsonaro, el impuesto se reduciría en siete puntos porcentuales hasta finales de año.
Según el presidente de Anfavea la flexibilización de la protección provocará una mayor competencia con las fábricas de los propios fabricantes de automóviles en otros países. La situación se agrava, dice, en un momento en que la caída de la demanda mundial, provocada por la pandemia, aumentó la inactividad del sector en todo el mundo.