El conductor y periodista, que se desempeña como DT de Victoriano Arenas, logró levantar al club: hizo que por primera vez los jugadores firmen sus contratos profesionales, construyó una piscina semiolímpica y hasta planea hacer un muelle para competir regata en el Riachuelo. Exclusivo Pronto.
25/05/2021 – 12:03
-¿Vos como DT?
-Sí. Y yo ahí incorporé a quien durante 7 años fue mi compañero de vuelo: Sergio Gelstein, un periodista que había hecho el curso de técnico. Armamos una gran movida y se fue este año Sergio, después de varios campeonatos de armas grupos con el presupuesto más bajo del fútbol. Armamos un equipo que salió campeón de punta a punta y ascendió a la Primera C. En esa categoría sí o sí tenés que firmar contratos y ya no era más de aficionados, con lo cual se logró un plantel de futbolistas profesionales con sus contratos firmados.
-¿Cómo siguió la lucha por hacer crecer el club?
-Al cuerpo técnico que habíamos creado a principio de año me lo llevó del Club Deportivo Armenio. A medida que nos vamos convirtiendo en un club más visible, con visibilidad deportiva porque nuestras competencias estaban dando buenos resultados, vienen y nos llevan jugadores, nos sacan los cuerpos técnicos y hay que reinventar los grupos. Este año tuvimos que armar un nuevo cuerpo técnico, redujimos más el presupuesto y emprendimos nuevos proyectos.
-¿Cómo cuáles?
-Además del equipo, empecé a tomar injerencia en otras tareas. Por ejemplo, logramos comprar un tractor para cortar el césped y tener una buena cancha; un mecenas de los que tenemos invirtió en el riego automático y un riego de esa categoría no sale menos de 3 millones de pesos. Por una computadora te permite graduar la cantidad de veces que regás la cancha en un día: son como unos honguitos que salen a la superficie y conectados a 18 mil litros que tienen los tanques de agua, riegan la cancha una vez al día. Hicimos una pileta semiolímpica con vestuarios totalmente nuevos, con la ayuda de la intendencia de Avellaneda.
-El club está ubicado en un lugar especial, ¿no?
-Así es. Le dicen la isla pero no es una isla sino una especie de calabaza metida en el Riachuelo. Solo tiene una entrada y queda en el partido de Avellaneda. En donde está la cancha con el estadio, que se llama Mouras, se lo considera el octavo lugar de estadio más pintoresco del mundo. Para que tengas una idea: si se eligen los estadios más pintorescos del planeta, Victoriano Arenas ocupa el octavo lugar. Está todo recortado por el Riachuelo. Y eso encierra miles de historias.
-¿Podés compartir alguna?
-En un partido muy conflictivo, donde el árbitro era el papá de Marcela Baños, en un momento cobró un penal sobre la hora para el equipo contrario, entonces alguien de la hinchada le agarró el coche y se lo tiró adentro del Riachuelo. En la sede social del club, que está en Valentín Alsina, en el escenario del centro de reuniones debutó Sandro a los 14 años cantando descalzo. Era de ese barrio, como Ricardo Montaner. Un nieto de Abelardo Ramos me propuso construir un muelle para generar un departamento de regatas.
-¿Lo vas a hacer?
-Sí, lo estamos haciendo. Está Regatas de Avellaneda y la Villa 21 también está armando una especie de amarradero para hacer competencias adentro del Riachuelo. Y estoy negociando entrar ahí. También estoy terminando una oficina que se va a llamar El rincón de Luis, para que sea una oficina de negocios y de amigos, donde se firmen contratos y se venda ropa y merchandising. Y a una de las tribunas ya le pusieron mi nombre.
-Prácticamente levantaste el club, Luis.
-No lo hice solo, tengo mucha gente que trabaja conmigo. Todo se hace en equipo y hay una directiva que me acompaña. Hay un futbolista de Racing, Arias, que a partir de un tema impositivo que tiene que armar sobre impuesto a las ganancias sobre sus contratos, en lugar de darle el dinero al Estado, se lo va a dar a Victoriano Arenas para hacer un gimnasio debajo de una de las tribunas con máquinas de musculación de primera generación para que los futbolistas entrenen bajo techo los días de lluvia. Y hasta editamos una revista en el club, que se llama Fervor Cava: Fervor como Fervor de Buenos Aires, el libro de Borges, y Cava por la sigla de Club Atlético Victoria Arenas. Ahí contamos las novedades del club y nos acercamos a los socios.