Tenía 57 años y se encontraba internado en un sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires por coronavirus. Fue uno de los chasistas más importantes del automovilismo argentino.

Canapino atendió los autos de Silva, Ledesma, Ortelli, sus hijos Agustín y Matías, entre otros pilotos.
El mundo del automovilismo esta de luto: murió Alberto Canapino, uno de los grandes chasistas de la historia del deporte motor de Argentina. Tenía 57 años y se encontraba internado en un sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires por coronavirus.
En un deporte en el cual los pilotos se llevan todas las fotos, Alberto se había ganado el mismo respeto y admiración por todo el mundo del automovilismo argentino.
Desde su ciudad, Arrecifes, comenzó su trabajo como preparador para las categorías zonales. Rubén Luis Di Palma (El Loco) fue el impulsor para que Canapino comience a trabajar en las categorías más importante a nivel nacional.
Ese salto, le permitió trabajar con Víctor Rosso, para la Fórmula 3, y con referentes de aquella época del TC 2000: Juan María Traverso, Miguel Ángel Guerra y el propio Di Palma.
Luego de atender el auto del Loco, Canapino comenzó a preparar el auto del Flaco. En su debut, logró el campeonato de 1988 con la Renault Fuego. Al año siguiente, volvería a ser campeón, pero con Miguel Ángel Guerra al volante.
Alberto se volvería a encontrar con Traverso, pero en Turismo Carretera. Sería el encargado de armar los Chevrolet que salieron campeones en 1995 y 1996.
Por la solicitud de varios pilotos, Canapino comenzó a alejarse del TC 2000 para abocarse exclusivamente al Turismo Carretera.
Dentro del TC, tendría a los dos grandes referentes de Chevrolet y Ford de los últimos 20 años: Guillermo Ortelli y Omar Martínez. Con Ortelli, logró el campeonato de 1998. Con Martínez, obtuvo tres subcampeonatos de manera consecutiva.
Alberto tuvo que esperar hasta el 2005 para volver a gritar campeón en TC. Juan Manuel Silva fue el ganador de esa temporada. Sin embargo, no sería el único campeonato: en 2006 lo logró con Norberto Fontana y en 2007 con Christian Ledesma.
Pero llegaba un gran momento en la vida de Alberto Canapino. Su hijo, Agustín, comenzaba a dar sus primeros pasos en el automovilismo. Sin hacer karting, Alberto le explicó como eran los pilotos que había tenido para aconsejar de la mejor manera posible a su hijo.
En el 2007 comenzaron los títulos: la Copa Megane. Esa corona comenzaba a ver a un nuevo talento en el automovilismo nacional.
En 2008, el Titán lograría el campeonato del TC Pista y daría el salto a la categoría más importante de la Argentina.
Dos años después, Alberto y Agustín entrarían en la historia del TC: con 20 años, Agustín Canapino se convertía en el campeón más joven.
Siete temporadas más tarde, la dupla familiar se quedaría con un tricampeonato histórico en lo personal y para la marca del Moño Dorado. 2017, 2018 y 2019 en tres definiciones que fueron de película.
Albero Canapino fue una persona que buscaba exprimir el auto al máximo y conseguir grandes resultados. Ganó 15 campeonatos, pero cambió la forma de trabajar sobre un auto de competición.